jueves, 14 de diciembre de 2006

EL TRAVESTI DEL SIGLO XXI


“A veces salgo a divertirme a la disco y cuando ando en la calle, por la noche, , los policías me levantan, simplemente por que si no les doy lo que dicen ellos “ una mordida”, me llevan a la cárcel y tengo que pagar $480.00 , sin haber hecho nada , todo porque ponen de pretexto que les muestre la tarjeta de salud o luego quieren sexo y me dicen: “ si no te dejas, te llevo al tambo, además es tu palabra contra la mía” y pues tengo que hacerlo. Ultimadamente ellos son la autoridad”. Cuenta Emily Bracho Viveros (travestí de Tehuacan que bajo el exagerado maquillaje, su extravagante vestuario y zapatillas altas que desequilibran su caminar, lucha por poder pasar desapercibida entre las mujeres y ser aceptada por la sociedad.

Esto es el existir del travestí en el mundo del siglo XXI, considerado; un castigo, algo anormal, una perversión, un pecado, una vergüenza social. Pero ¿Eso es el travestismo? ¡No! Se equivoquen , es solo una forma de expresión, de identificación y de que cualquier ser humano se sienta libre y aceptado; vistiendo la ropa, accesorios y modelos de comportamiento del sexo opuesto, que se traduce a lo que muchos travestís como Emily y Cristel dicen;” Nací con cuerpo de hombre, pero siempre me he sentido una mujer. Por eso me gusta vestirme y comportarme como tal”.

El travestismo resulta ser una forma de vida, de ser feliz y sobre todo de que el ser humano viva como realmente se siente y como piensa que debería vivir.

Aunque hay personas que lo hacen por que tienen que salir ante un escenario para; actuar, cantar y bailar y otros por que quieren vivir como “una mujer” en lo sexual, sentimental y existencial.
Pero lejos de ser extraño, es algo que se puede afirmar; que se es de nacimiento, pues las actitudes, comportamientos, gustos y preferencias comienzan a tener toques femeninos en las personas desde la infancia y aun más en las etapas de la búsqueda de identidad, de rol sexual y apariencia como lo son: la pubertad y adolescencia; así lo afirma Emily: “yo empecé desde chiquita, desde los 6 años empecé a jugar con muñecas y a ponerme los vestidos de mis hermanas”.

Donde a pesar de la confusión que vive el individuo por sentirse diferente y querer pero a veces no poder ser como quisiera, llega un momento en que la toma de decisiones se vuelve todo un “relajo mental” y ¡como no! Si a los 15, 16 o 17 años todos andan en la onda del amor, de los deseos y de las primeras experiencias aunque no para todos es igual, como en el caso de quien desea aparentar y sentirse mujer, cuando es un hombre físicamente.¿ como se viven estas etapas en la vida de alguien así? Emily nos dice: “a los 15 años, decidí ser mujer las 24 horas del día, aun enfrentándome a los rechazos de la gente, pero era algo a lo que tenia que arriesgarme por tratar de ser feliz”.
Y esto de las decisiones sigue porque para un chavo si llega la hora de salir del llamado” closet” y comenzar a “ser lo que eres y como te sientes” así cuenta Emily como le fue al vestirse por primera vez de mujer: “Salí de mi casa a las 8:30 a.m., así muy bonita yo, entonces me vestí de mujer y me fui al trabajo, fue un sábado. Ese día trabaje todo el día y al salir en la noche, me fui a tomar mi combi, en eso 3 tipos llegaron en un coche, me subieron y me fueron a dejar hasta Puebla, pues hicieron conmigo lo que quisieron, después me dejaron en un baldío con calentura y en medio de la lluvia”.

Quizás casos como el anterior, sean algo que ya han escuchado en las noticias, muchas veces y desgraciadamente esa es la muestra de que aun vivimos en una sociedad tercermundista, lo que algunos sociólogos llaman “tradicionalista” pero hay que dejar eso para otro momento. Pues las experiencias que se viven a partir que alguien se decide a salir a la calle vestido de mujer, suelen ser en la mayoría de los casos, de burla, de sufrimiento , aunque también hay buenas como Emily y Cristel nos cuenta (Emily) “ Una ves mi familia hizo una cena y les dije a mi familia que quería ser travestí y me aceptaron” , (Cristel) “ si pasas como mujer, tienes muchas ventajas, pues los hombres te echan flores, te dan cosas y te la pasas muy bien”.

Seguramente se preguntaran ¿A que se dedica un travestí o en que trabaja?, pues para Emily y Cristel la vida laboral es así: “yo trabajo en una maquiladora, soy chica de calidad, aunque tengo que dedicarme a la prostitución para vivir mejor” (Cristel) “doy show en antros, fiestas y casas”.

Aunque bueno estadísticamente solo uno de cada 50 travestís reconocidos abiertamente, es profesionista en nuestro país, el resto se dedica generalmente a realizar trabajos simples y mal pagados o simplemente a la prostitución.

Justo al tocar este punto, aparecen los “travestís del closet”, donde quizás las cifras anteriores cambian, ya que existen mas empresarios políticos o profesionistas en general que son travestís pero secreto, por cuestiones familiares, de miedo, de liberación interna y de esto opinan Emily y Cristel: (Emily) “ pues solo puedo decir, lo que dicen por ahí, que lo que mas odiamos es lo que mas deseamos”; (Cristel)” deben ser respetados , por que lo hacen por la sociedad o la gente que los rodea y por la discriminación .

Sin duda alguna todos somos seres humanos, y como tales; al igual que todos, un travestí también tiene miedos como Emily: “le temo a la muerte, al sida, por eso me cuido mucho”.
(Cristel): “le tengo miedo a la muerte, porque es un adiós definitivo”.

Demostrando así que son seres humanos con miedos, virtudes, mismas capacidades, fracasos, habilidades, sentimientos, valores, espíritu y sobre todo deseos e ilusiones; como Emily y Cristel, piden ala vida, al destino y a Dios. Poder lograrlos, como quizás todos lo hemos hecho alguna ves.

Pues Emily emocionada y futurista sueña con: “quisiera llegar muy lejos, tener una pareja, y poder adoptar un hijo, y algún día llegar a ser una mujer”.

Y Cristel ilusionada como niña con carta a santa claus agrega: “quisiera llegar a ser artista, ser como Thalia, por que la envidio por su belleza y me gustaría tener una relación formal con un hombre y algún día operarme para ser mujer”.

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